Vuelos a Europa
Todo en Rusia es fuera de lo común, desde los museos a las iglesias y desde los ríos hasta las ciudades (e incluso los tamaños de las raciones). La historia del país es tan enorme que se deja ver en todos los aspectos, especialmente en la arquitectura, la comida y sus gentes. Cautivadora, seductora y sumamente apasionante, Rusia debería estar en la lista de los destinos pendientes de todos los turistas.
Moscú, con sus monumentos de la era soviética, cúpulas bañadas en oro y habitantes pintorescos, es un imán para cualquiera que esté interesado en el arte, la comida y la vida. Podría (y debería) pasar varios días explorando los glamurosos locales nocturnos de la ciudad y los restaurantes de renombre internacional. Por supuesto, no puede perderse los emblemas de la ciudad, como el Kremlin, la Plaza Roja y el Bolshoi, por nombrar solo unos pocos. Los moscovitas trabajan duro y se divierten más aún, por lo que prepárese para hacer lo mismo.
La anterior capital de Rusia, San Petersburgo, está tan llena de imponentes catedrales, museos mundialmente famosos, palacios reales, parques y edificios históricos que antaño fueron la residencia de importantes escritores y políticos rusos que resulta difícil encontrar tiempo para hacer otras cosas, como pasear a orillas del río y comprar en los mercados de alimentos.
Lejos de las principales ciudades de Rusia, encontrará otras localidades y pueblos de menor tamaño que desprenden un sentido único de la historia. Súbase al ferrocarril transiberiano y pase de un huso horario a otro. Vaya a esquiar a las montañas, lea a Tolstoy en una cafetería del siglo XIX, contemple arte nuevo y subversivo, libérese de los problemas en una sauna, mire atentamente los cuadros del Museo Nacional Hermitage, baile toda la noche con disyoqueis de fama mundial, visite la casa de campo de Pushkin, etc. Las posibilidades no tienen fin. La historia de Rusia: lo que sucedió en el pasado y lo que se está creando ahora es apasionante.