Vuelos a África
Egipto no lo ha tenido fácil en los últimos años, pero con todo, sigue siendo uno de los mejores destinos del mundo. La atracción intensa e irresistible que ejerce El Cairo no se ha atenuado y los centros vacacionales de playa del país siguen siendo tan seductores como siempre —y están mucho menos atestados de lo que solían estar. Cuando viaje a Egipto debería pasar unos días recorriendo las ciudades y otros haciendo excursiones por el desierto; y, para terminar, dedicar algún tiempo a relajarse en la playa.
El Cairo es una ciudad fascinante, con antiguas mezquitas y centros comerciales modernos, calles atestadas rebosantes de comida e infinidad de lugares históricos que haría falta semanas para poder ver. Añádase a esto cafés cargados de humo en los que se sientan los hombres a fumar sus narguiles (pipas), pastelerías que ofrecen delicias chorreantes de miel, la llamada a la oración que resuena desde los numerosos minaretes e incluso el animado tráfico, y tendrá un cóctel potente que es a la vez vigorizante y adictivo.
Las pirámides son una visita obligada para todo el que va a Egipto y se encuentran convenientemente cerca de El Cairo. La Esfinge parece más pequeña en la realidad que en las fotos, pero sigue siendo majestuosa, y las pirámides son hipnotizantes. No debe perderse tampoco Luxor: estos templos y tumbas que le dejan a uno boquiabierto, situados a orillas del Nilo, son uno de los mayores logros de la humanidad.
No obstante, quizá quiera contrapesar toda esa carga histórica con una buena dosis de sol, mar y arena. El mar Rojo es el patio de recreo de Egipto y los complejos vacacionales y hoteles que se extienden por la costa son una oferta diseñada para todos los bolsillos. El submarinismo y el esnórquel son reclamos especiales y más baratos aquí que en muchos otros países, sin ser por ello menos espectaculares.
Si tiene tiempo, intente visitar Alejandría. Esta ciudad costera posee un encanto tranquilo, un montón de restaurantes excelentes y una fabulosa biblioteca nueva bellamente diseñada que rinde homenaje a su predecesora en la antigüedad.