Vuelos a Europa
La famosa «bota» de Europa tiene todo lo que necesita para disfrutar de «la dolce vita» (la vida dulce).
La mayoría de los visitantes van directamente a la capital, Roma, y tienen motivos justificados para ello. La Ciudad Eterna acoge algunos de los lugares de interés turístico más emblemáticos de Europa, entre los que se incluyen el Panteón, el Coliseo y la Capilla Sixtina (aunque técnicamente, se encuentra en la Ciudad del Vaticano). Monumentos aparte, Roma es también una ciudad donde podrá encontrar algunos de los mejores restaurantes de Italia, ya sea un establecimiento condecorado con estrellas Michelin o una ostería (café de ambiente informal) sencilla y pequeña.
Para otros, el primer destino es Milán. Es la capital de la moda de Italia, como descubrirá durante un paseo por las boutiques de marca de al Quadrilatero d’Oro (el barrio de la moda). Los amantes del arte y la cultura también estarán bien servidos. Milán acoge el Teatro mundialmente famoso de La Scala, sin olvidarnos del cuadro La última cena de Leonardo da Vinci, que se encuentra en la Iglesia de Santa Maria delle Grazie.
Y de la ciudad de la moda nos trasladamos a la capital histórica del norte, Bolonia, una bulliciosa ciudad famosa por sus tejados de color terracota, sus edificios renacentistas y su animada comunidad de universitarios. La dinámica arquitectura y las históricas columnatas serpentean por las calles, dando la bienvenida a los visitantes e inspirándolos a explorar sus numerosas cafeterías, tiendas y recorridos. Descubra algunos de sus monumentos más famosos, como la Fuente de Neptuno y la Basílica de San Petronio en la céntrica Piazza Maggiore, o disfrute de una vista panorámica de los tejados de Bolonia desde las torres inclinadas de Asinelli y Garisenda.
Venecia cautivará su imaginación con sus sinuosos canales, sus taxis con forma de góndola, sus impresionantes palacios y su maravillosa oferta gastronómica. La ausencia total de calles asfaltadas ha transformado la ciudad en un oasis mágico en el que podrá disfrutar de unas estupendas vistas de la ciudad desde los apacibles canales o descubrir monumentos históricos con influencias bizantinas, góticas y renacentistas en tierra.
Atrévase a salir de las ciudades y adéntrese en la naturaleza italiana, donde descubrirá un país de asombrosa belleza natural con un rico paisaje caracterizado por sus colinas, sus montañas y sus playas. No es de extrañar que la gente suela referirse a Italia como el «bel paese» o país bello. Para ver las mejores playas de Italia, aléjese de la península y diríjase a la costa de Cerdeña. Cala Goloritzè es una impresionante extensión de arena blanca y mar de color aguamarina considerada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1995. O, si prefiere quedarse en tierra firme, vaya al norte de Italia y adéntrese en los espectaculares Alpes.